viernes, 9 de julio de 2010

DIFERENCIAS ENTRE LEY MORAL Y LEY CEREMONIAL

Muchas personas se confunden con la diferencia entre Ley Moral (Los Diez Mandamientos) y la Ley Ceremonial (Conocida como Ley de Moisés), a tal punto que expresan que Los Mandamientos de Dios fueron abolidos en la cruz con la muerte de Cristo, cuando en realidad lo que fue clavado en la cruz se conoce como la ley ceremonial que era sombra de lo que había de venir, es decir, la vida y muerte de Cristo para redención del pecador.  Veamos un paralelismo que refleja las notables direferencias entre la ley Moral (que es eterna, Los Diez Mandamientos) y la ley Ceremonial (que era símbulo de la vida, muerte y resurrección de Cristo):
 
 
1)  Deuteronomio 31:9,24-26  (La ley ritual fue escrita por Moisés en un libro y dada a los sacerdotes, quienes la pusieron al lado del arca.)  


         Éxodo 31:18 y  Deuteronomio 10:5 (La ley moral fue escrita por Dios en dos tablas de  piedra y dada a Moisés, quien la puso dentro del arca).





2)          Hebreos 10:1 (La ley ritual trata asuntos ceremoniales)


              Salmo 19:7,8 (La ley eterna de Dios  trata asuntos morales)



3)          Levítico 5:15 (La ley ritual prescribe ofrendas por el   pecado)


          Romanos 7:7 (La ley moral revela qué es  pecado)





4)          Colosenses 2:16 (Por la ley ritual no seremos juzgados)


          Santiago 2:12 (Por la  ley moral seremos juzgados)





5)          Gálatas 5:1 (Quienes guardan la ley ritual pierden su libertad)


          Santiago 1:25 (La ley moral es para el cristiano una ley de libertad)





6)          Gálatas 3:19 (La ley ritual pierde su significado en Cristo)


          Romanos 3:31 (La fe en Cristo establece la ley, no la deroga)





7)          Efesios 2:15 (La ley ritual culminó sus funciones en la cruz del      Calvario cuando Jesús murió)


          Mateo 5:18 (La ley moral durará mientras existan cielo y tierra)

LOS NIÑOS Y LA SALVACIÓN

“Ud. pregunta acerca de la salvación de su hijito.  Las siguientes palabras de Cristo constituyen la respuesta para Ud.: "Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios" (Luc. 18:16).

Recuerde esta profecía: "Así ha dicho Jehová: Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel que lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron.  Así ha dicho Jehová: Reprime del llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo, dice Jehová, y volverán de la tierra del enemigo.  Esperanza hay también para tu porvenir, dice Jehová, y los hijos volverán a su propia tierra" (Jer. 31:15-17).

Esta promesa es para Ud.  Puede sentirse reconfortada y confiar en el Señor.  El Señor me ha hecho saber con frecuencia que muchos pequeñitos morirán antes del tiempo de angustia.  Volveremos a ver a nuestros hijos.  Los encontraremos y los reconoceremos en las cortes celestiales.  Confíe en el Señor y no tema”.  (Carta 196, 1899). (Mensajes Selectos Tomo 2, p.297)


LOS NIÑOS EN LA RESURRECCION

Líneas escritas a la hermana gemela de la Sra.  White en ocasión de la muerte de su hijo
“Con frecuencia se marchitan nuestras esperanzas más acariciadas.  La muerte nos arranca a nuestros seres amados. Cerramos sus ojos, los vestimos para la tumba y los ocultamos de nuestra vista.  Pero la esperanza nos hace cobrar ánimo.  No estaremos separados para siempre, sino que volveremos a encontrar a nuestros seres amados que duermen en Jesús. Volverán de la tierra del enemigo.  El Dador de la vida está por venir.  Millares de santos ángeles lo escoltan en su camino.  El rompe las cadenas de la muerte, destruye los grilletes de la tumba, y entonces los preciosos cautivos salen con salud y belleza inmortales.

Cuando los niñitos salen inmortalizados de sus lechos polvorientos, inmediatamente vuelan hacia los brazos de sus madres.  Se reúnen para nunca más separarse.  Pero muchos niñitos no tienen madres allí.  Procuramos en vano escuchar el canto de triunfo entonado con arrobamiento por la madre.  Los ángeles reciben a los niños sin madres y los conducen hacia el árbol de la vida.

Jesús coloca el dorado anillo de luz, la corona. sobre sus cabecitas.  Dios permita que la querida madre de "Eva" pueda estar allí, que sus pequeñas alas puedan plegarse sobre el feliz pecho de su madre”.  (The Youths Instructor, abril de 1858).  (Mensajes Selectos Tomo 2, p.298)

LA PREDESTINACIÓN

La palabra predestinar, aparece en varios pasajes de la Biblia, pero su uso en los escritos del apóstol Pablo, es totalmente diferente al uso que los religiosos le dan a esa palabra. La doctrina de la predestinación, enseña que Dios determinó de antemano, quiénes se salvarían y quiénes se perderían, y que las decisiones del hombre no juegan ningún papel en su suerte final. En este estudio, veremos lo que la Biblia dice al respecto.

¿Qué fue lo que Dios predestinó al idear el plan de la
salvación? Romanos 8:29
El predeterminó que los salvados fueran hechos
conforme a la imagen de Cristo.

¿A quién y a qué está aludiendo el apóstol Pablo
cuando habla de la sabiduría oculta que fue
predestinada desde antes de la creación del hombre?
1 Cor.2:6-8.
Al ministerio de la encarnación de Cristo y su
ministerio que ya estaban prendestinados.

¿Cuál es la parte que debe desempeñar el hombre para que el plan de la salvación de Dios lo alcance?
Juan 3:16 Creer en Jesús.
Juan 15:7 Permanecer en Cristo y en su Palabra.
1 Pedro 1:2 Obedecer al Señor.
1 Cor.15:2 Retener el evangelio en su vida.
Mateo 24:12,13 Perseverar hasta el fin. 

¿Desea Dios salvar a unos y a otros condenarlos o su
plan apuntó a todos los seres humanos? 1 Tim.2:1-4.
Dios desea que todos sean salvos.

¿Cuáles alternativas pone Dios delante de cada ser humano para que escoja, qué le aconseja, y qué le sucederá al que después de estar en los caminos de Dios se aparta? Deuteronomio 30:17-19.
a. La vida y la muerte.
b. Que escoja la vida.
c. De cierto que perecerán.

¿Qué debemos hacer para no perder la corona de la vida eterna? Apocalipsis 3:11
Retener a Cristo y su Palabra en nuestra vida.

En conclusión, como hemos podido ver en nuestro estudio, lo que Dios predestinó fue el plan de salvación y sus propósitos. Nunca determinó a quiénes salvar o condenar de forma arbitraria. El puso condiciones para lo uno y para lo otro. Su Palabra nos muestra que cada ser humano decide dónde quiere pasar la eternidad. El hizo preparativos para que cada ser humano se salve, pero es el hombre quien decide aceptar o rechazar a Dios y sus planes. Una vez entramos en sus caminos, si lo abandonamos, nuestro nombre será borrado del libro de la vida. Apoc.3:5.

EL ARCÁNGEL MIGUEL

(heb. Mîkâ'êl, "¿quién es como [semejante a] Dios?"; gr.  Mijael).
El nombre aparece por 1ª vez en los textos cuneiformes de Ebla del período prepatriarcal, más tarde en un trozo de tiesto con inscripciones hallado en Nimrûd, y en los Rollos del Mar Muerto.
El arcángel Miguel, como un ser celestial, aparece sólo en los pasajes apocalípticos (Dn.10:13, 21; 12:1; Jud. 9; Ap. 12:7).  En Dn. 10:13 se lo describe como "uno de los principales príncipes" que había venido para ayudar al ángel en su lucha con "el príncipe del reino de Persia".  
En el v 21 se lo describe como "vuestro príncipe", y en 12:1 como "el gran príncipe" que protege y libera al pueblo de Daniel.  En Ap. 12:7 se lo menciona después de haber librado una batalla con el dragón, es decir, Satanás (v 9), y con los ángeles del dragrón, que terminó con la victoria de Miguel y la expulsión de Satanás del cielo; Jud. 9 habla de una contienda entre Miguel y el diablo por el cuerpo de Moisés.   
Los judíos del tiempo de Cristo pudieron haber tenido alguna información, ya que se dice que dicha disputa se describe en el libro seudoepigráfico judío La asunción de Moisés, aunque no aparece en las porciones que nos han llegado del libro.  El Tárgum de Jonatán sobre Dt. 34:6 atribuye a Miguel y sus ángeles la sepultura de Moisés.  La literatura judía describe a Miguel como el más elevado de los ángeles, el verdadero representante de Dios, y lo identifica con el "ángel de Yahweh", al cual se menciona con frecuencia en el AT como un ser divino.   
También se afirma que Miguel era el ángel que vindicó a Israel contra las acusaciones de Satanás en el tribunal celestial.  Véase Talmud de Babilonia, Yoma 37a; Midrash Rabbah sobre Gn. 18:3, Ex. 3:2 y 12:29.  Muchos eruditos bíblicos identifican a Miguel con Cristo (véase CBA 4: 886).

TESTIMONIOS DE CIENTÍFICOS

A. EINSTEIN: «A todo investigador profundo de la naturaleza no puede menos de sobrecogerle una especie de sentimiento religioso, porque le es imposible concebir que haya sido él el primero en haber visto las relaciones delicadísimas que contempla. A través del universo incomprensible se manifiesta una Inteligencia superior infinita». 
 
        Ch. DARWIN: «Jamás he negado la existencia de Dios. Pienso que la teoría de la evolución es totalmente compatible con la fe en Dios. El argumento máximo de la existencia de Dios, me parece, la imposibilidad de demostrar y comprender que el universo inmenso, sublime sobre toda medida, y el hombre, hayan sido frutos del azar». 

        N. COPÉRNICO: «¿Quién, que vive en íntimo contacto con el orden más consumado y la sabiduría divina, no se sentirá estimulado a las aspiraciones más sublimes? ¿Quién no adorará al Arquitecto de todas estas cosas?». 

        T. A. EDISON: «Mi máximo respeto y mi máxima admiración a todos los ingenieros, especialmente al mayor de todos ellos, que es Dios». 

        HATHAWAY: (padre del cerebro electrónico «La moderna física me enseña que la naturaleza no es capaz de ordenarse a sí misma. El universo supone una enorme masa de orden. Por eso requiere una Causa Primera, grande, que no está sometida a la segunda ley de la transformación de la energía y que, por lo mismo, es sobrenatural». 

        W. VON BRAUN: «Por encima de todo está la gloria de Dios, que creó el gran universo, que el hombre y la ciencia van escudriñando e investigando día tras día en profunda adoración». 

        A. M. AMPERE: «¡Cuán grande es Dios, y nuestra ciencia, una pequeñez!». 

        I. NEWTON: «Lo que sabemos es una gota, lo que ignoramos, un inmenso océano. La admirable disposición y armonía del universo no ha podido salir sino del plan de un Ser omnisciente y omnipotente». 

        G. MARCONI: «Lo declaro con orgullo: soy creyente. Creo en el poder de la oración y creo no sólo como cristiano, sino como científico».

        C. LINNEO: «He visto pasar de cerca al Dios eterno, infinito, omnisciente y omnipotente, y me he postrado de hinojos en adoración». 

        E. SCHRÖDINGER: (premio Nobel de Física, creador de la Mecánica Ondulatoria) «La obra maestra más fina es la hecha por Dios según los principios de la mecánica cuántica». 

        K. L. SCHLEICH: (célebre cirujano, descubridor de la anestesia local) «Me hice creyente por el microscopio y la observación de la naturaleza, y quiero, en cuanto esté a mi alcance, contribuir a la plena concordia entre la ciencia y la religión». 

        J. KEPLER: «Si Dios es grande, grande es su poder, grande su sabiduría. Alabadle, cielos y tierra. ¡Mi Señor y mi Creador! La magnificencia de tus obras quisiera yo anunciarla a los hombres en la medida en que mi limitada inteligencia puede comprenderla». 

        Sir Fred HOYLE: (gran astrónomo y matemático) «El universo de las galaxias se dilata, y se crea continuamente en el espacio nueva materia para mantener constante la densidad media del universo, y esto exige la existencia de un Creador». 

        A. S. EDDINGTON: (astrónomo y matemático inglés) «Ninguno de los inventores del ateísmo fue naturalista, sino filósofos mediocres. El origen del universo presenta dificultades insuperables, a no ser que lo consideremos sobrenatural». 

        J. barón VON LIEBIG: (químico y fisiólogo alemán) «La grandeza e infinita sabiduría del Creador la reconocerá realmente sólo el que se esfuerce por extraer sus ideas del gran libro que llamamos naturaleza». 

        E. WHITTAKER: (investigador y catedrático de la Universidad de Edimburgo) «Cuando se investiga profundamente sobre el origen del universo, no hay más opción que convertirse al cristianismo».

POEMA DE AMADO NERVO

Si la ciencia ingreida
 no te ve, Señor, yo te veo.
Si sus labios te niegan,
Yo te proclamaré.
Por cada alma   que duda,
mi alma grita: ¡Yo Creo!
por cada fe muerta,
Se agiganta mi fe.

EL CRISTO QUE CONOCÍ (Poema)

El Cristo que conocí  
en la noche de mi vida
No es una imagen prendida
Que en el pecho llevo así.

Ese Cristo que yo vi
En su faz resplandeciente
No es visión de algún vidente
Ni sueño de visionario
Ni visión de algún talcicario
Para envilecer las mentes.

Es aquel que en un madero
Cual inocente cordero
Vino a padecer por mí.
Es aquel que también vi
Lleno de gracia y clemencia.
De majestad y potencia
De la tumba levantado,
Dejando manifestado
Que Dios tuvo complacencia.

¿Y tu amigo? ¿Y  tu que dices?
¿Qué Cristo tienes en tu vida?
Es tu alma complacida
Con el Cristo que yo sirvo.

Oye bien lo que te digo,
Considera mi razón:
No es Cristo una religión,
Ni santo de escapulario.
Cristo es vida en el santuario
De un contrito corazón.


Cortesía Pr. Gerardo Bautista

POEMA "LAS HUELLAS"

Una noche en sueños vi  
Que con Jesús caminaba
Junto a la orilla del mar
Bajo una luna plateada.
 
Soñé que vía en los cielos
Mi vida representada
En una serie de escenas
Que en silencio contemplaba.

Dos pares de firmes huellas
En la arena iban quedando
Mientras con Jesús yo andaba
Como amigos conversando.

Miraba atento esas huellas
Marcadas en el suelo
Pero algo extraño observé
Y sentí gran desconsuelo.

Observé que algunas veces
Al reparar en las huellas
En vez de ver los dos pares
Veía solo un par de ellas.

Y observaba también yo
Que aquel solo par de huellas
Se advertía mayormente
En mis noches sin estrellas.

En las horas de mi vida
Llenas de angustia y tristeza
Cuando el alma necesita
Más consuelo y fortaleza.

Pregunté triste a Jesús:
Señor, ¿tú no has prometido
Que en mis horas de dolor
Siempre estarías conmigo?




Pero noto con tristeza
Que en medio de mis querellas
Cuando más siento el sufrir
Veo sólo un par de huellas.

Dime Señor, ¿dónde están las otras dos
Que indican tu compañía
Cuando la tormenta azota
Sin piedad la vida mía?

Y Jesús me contestó
Con ternura y comprensión:
Escucha bien hijo mío,
Comprendo tu confusión.

Siempre te amé y te amaré
Y en tu hora de dolor
Siempre a tu lado estaré
Para mostrarte mi amor.

Más si ves solo dos huellas
En la arena al caminar
Y no ves las otras dos
Que se debieran notar.

Es que en tu hora afligida
Cuando flaquean tus pasos
No hay huellas de tus pisadas
Porque te llevo en mis bazos.

Cortesía del Pr. Gerardo Bautista

NOMBRES Y TÍTULOS DE CRISTO

Cristo

(gr. Jristós, "ungido"; equivalente al heb. Mâshîaj, "Mesías", "ungido").
Título oficial de Jesús de Nazaret que lo designa como "el Mesías" o el prometido del AT.  En los tiempos del AT el sumo sacerdote (Ex. 30:30), el rey (2 S. 5:3), y a veces los profetas (1 R. 19:16) eran "ungidos" cuando se los dedicaba al servicio santo.  En las profecías mesiánicas el término vino a aplicarse específicamente a el Mesías, que, como profeta (Dt. 18:15), sacerdote (Zac. 6:11-14) y rey (ls. 9:6, 7), era  quien había sido designado como Redentor del mundo.  Al usarlo en tiempos del NT se omitió el artículo definido, y "Cristo" llegó a ser virtualmente un nombre propio, tal como lo usamos hoy.  El uso combinado de los nombres Jesús y Cristo constituye una confesión de fe de que Jesús de Nazaret, el hijo de María, el Hijo del hombre, es realmente el Cristo, el Mesías, el Hijo de Dios, y por ello una profesión de fe en la unión de las naturalezas divina y humana en una Persona.  En Jer. 23:5, 33:15, Zac. 3:8 y 6:12 se usa un título para Cristo: "rama" (heb. tsemaj, "un brote [renuevo]", "un retoño [vástago]"); el Mesías está representado como un renuevo de David.

Jesús

(gr. I'sóus, "Salvador"  [del heb. Yêshûa{, "¡Yahweh, salva!", forma tardía de Yehôshûa{, Josué]).
La forma española "Jesús" proviene del latín.  El nombre aparece en osarios descubiertos en Palestina y que datan del tiempo de Cristo, o poco tiempo después.

Jesucristo

(gr. I'sóus [transliteración del aram. Yeshûâ{, "Jesús", y éste del heb. Yehôshûa{, Josué] más Jristós [traducción del heb. Mâshîaj, Mesías]).
El Salvador del mundo, el Mesías.  En tiempos del NT Yeshûâ{ era un nombre corriente que se daba a los muchachos judíos.  Expresaba la fe de los padres en Dios y en su promesa de uno que traería salvación a Israel.  El ángel Gabriel indicó a José que llamara al primogénito de María con este nombre, y la razón que se le dio fue: "Porque él salvará a su pueblo de sus pecados" (Mt. 1:21).  "Cristo" no fue un nombre personal por el que la gente lo conoció mientras estuvo sobre la tierra, sino un título usado para identificarlo con aquel en quien las promesas y profecías mesiánicas del AT encontraban su cumplimiento.  Para los que creyeron en él como enviado de Dios, él era el Cristo; es decir, el Mesías, el "ungido" por Dios para ser el Salvador del mundo.
El uso de los 2 nombres juntos (Mt. 1:18; 16:20; Mr. 1:1), Jesús y Cristo, constituye una confesión de fe en que Jesús de Nazaret, el hijo de María, es realmente el Mesías (Mt. 1:1; Hch. 2:38).  También se lo conocía por el título de Emanuel, "Dios con nosotros", un reconocimiento de su divinidad y nacimiento virginal (Mt. 1:23; cf Is. 7:14; 9:6, 7).  La designación corriente que usó Jesús para sí mismo fue "el Hijo del Hombre" (Mr. 2:10; etc,), una expresión que nunca usaron otros cuando hablaban de él o se dirigían a él.  Con este título, que parece tener implicaciones mesiánicas, Jesús enfatizó su humanidad, sin duda pensando de sí mismo como la simiente prometida (Gn. 3:15; 22:18; cf Gá. 3:16).  Raramente usó para sí mismo el título "Hijo de Dios", el  cual enfatizaba su divinidad (Jn. 9:35-37; 10:36), aunque a menudo se refería a Dios como su Padre (Mt. 16:17; etc.). Sin embargo, el Padre lo llamó su Hijo (Lc. 3:22; 9:35), y Juan el Bautista (Jn. 1:34) y los Doce (Mt. 14:33; 16:16) lo reconocieron como "Hijo de  Dios".  La afirmación de Jesús de que Dios era su Padre en un sentido especial, y más tarde, su admisión de ser el Hijo de Dios, le valieron el arresto de los judíos que alegaban que eso era causa suficiente para su condenación y muerte (Lc. 22:70, 71).  El ángel Gabriel explicó que Jesús debía ser llamado Hijo de Dios en virtud de su nacimiento de María por el poder del Espíritu Santo (Lc. 1:35; cf He. 1:5), y Pablo dice que la resurrección de Jesús de los muertos lo declara "Hijo de Dios" con poder (Ro. 1:4).  Sus dicípulos con frecuencia se dirigieron a él como "Maestro"  (Mr. 4:38; 9:38; etc.), y también, en reconocimiento de su deidad, como "Señor" (Jn. 14:5, 8; 20:28).  La gente y los gobernantes por igual usaron el término "Hijo de David" como una designación popular para el Mesías (Mt. 12:23; 22:42; Mr. 12:35; etc.), y como una expresión de la esperanza de liberación de la opresión política.

Mesías

(heb. Mâshîaj [del verbo mâshaj, "ungir"], "ungido"; gr. Messías, transliteración de la forma heb. o del aram. meshîjâ).
Título del esperado rey y libertador de Israel (Dn. 9:25, 26; Jn. 1:41; 4:25; 9:22).  No todos los eruditos aceptan que Daniel se refiere al Mesías esperado.  Sin embargo, muchos cristianos conservadores consideran que estos pasajes son una predicción del tiempo en que vendría el Mesías para hacer la obra que le correspondía, al final de un período especificado.
El término heb. mâshîaj aparece 39 veces en el AT y se aplica a los reyes de Israel como los ungidos de Jehová (1 S. 24:6; 2 S. 19:21; 2 Cr. 6:42; etc.); a Ciro, rey de Persia (ls. 45:1); al sumo sacerdote (Lv. 4:3, 5; etc.); y al esperado rey y libertador de Israel (Dn. 9:25, 26).  La LXX Generalmente traduce este término por Jristós (del verbo. jríÇ), "ungir"; de donde sale "ungido").  Este término aparece centenares de veces en el NT y se lo translitera como "Cristo" (Jn. 1:41).  Así, aunque la palabra Messías, "Mesías", es sumamente rara en el NT, la forma traducida Jristós, "Cristo", es muy frecuente.

Rabí

(gr. rhabbí; del heb. y aram. rabbî, "mi grande [amo]", "mi maestro").
Título de respeto que usaban los discípulos al dirigirse a sus maestros.  El posesivo "mi" pronto perdió su fuerza, y en el NT sólo se la usaba como una forma de cortesía, generalmente equivalente a nuestro "señor".  Se aplicó a Cristo (Mt. 26:25; Mr. 14:45; Jn. 1:38, 49; 3:2, 26; 4:31; 6:25; 9:2; 11:8; etc.) y a Juan el Bautista (Jn. 3:26).  Cristo aconsejó a sus discípulos en contra de codiciar o usar este título (Mt. 23:7, 8). En este pasaje rhabbí parece haber sido usado en un modo más restringido, como un título honorífico para los eruditos y los doctores de la ley, con la implicación posible de que siendo especialistas en la ley de Moisés, su interpretación de los deberes religiosos allí prescriptos era infalible y, por lo tanto, obligatoria.  El autor del 4º  Evangelio interpreta la palabra rhabbí como didáskalos, "maestro", "instructor" (Jn. 1:38).






Raboni

(gr. rhabbouní, rhabbounéi, rhabboní, rabbonéi [transliteración del aram. rabbûnî]).
Otra forma para el título de "rabí". Era una forma aún más respetuosa de dirigirse a alguien, y significaba "mi (gran) maestro".  Se aplicó a Cristo en Mr. 10:51 y Jn. 20:16.  En esta última referencia aparece como "Raboni", que se traduce del gr. didáskalos, "maestro".

Emanuel

(heb. 'Immânû'êl, "Dios [está] con nosotros"; gr. Emmanouel).
Hijo-señal predicho por el profeta Isaías en conversación con Acaz, rey de Judá (ls. 7:14).  Alarmado por una alianza entre Peka (rey de Israel) y Rezín (rey de Siria) contra Judá (Is. 7:2, 5, 6), Acaz se volvió hacia Tiglat-pileser III (rey de Asiria) por ayuda (2 R. 16:6-9; 2 Cr. 28:16; Is. 8:9-12).  Previendo un ataque inminente, salió para inspeccionar el suministro de agua para la ciudad.  Isaías se encontró con él en el camino con el mensaje de que no debía temer a Peka ni a Rezín, sino confiar en Jehová (ls. 7:4-7; 8:13, 14).  En prueba de la liberación prometida, Isaías (que significa "Yahweh salva") predijo el nacimiento de un hijo que se debía llamar Emanuel (7:14), como señal y recordativo de la presencia permanente de Dios.  Antes que este niño-señal llegara a la edad de la responsabilidad, Peka y Rezín caerían ante los asirios (8:7, 8, 15).  Esta predicción, hecha c 734 a.C., se cumplió literalmente.  Tiglat-pileser III tomó Damasco y mató a Rezín 2 años más tarde (2 R. 16:9, 10), luego devastó Galaad y Galilea, se llevó numerosos cautivos y tramó el asesinato de Peka (2 R. 15:29, 30; 1 Cr. 5:26; Is. 8:4).  El reino de Israel desapareció 12 años más tarde con la caída de Samaria ante los asirios (723/22 a.C.; cf Is. 7:8).  Repetidas invasiones asirias durante los siguientes años también devastaron toda la tierra de Judá, con excepción de Jerusalén (2 R.18:13- 19:34; 2 Cr. 32:1-20; Is. 36:1-37:20).  Sin embargo, Dios estaba con su pueblo para proteger al remanente en Jerusalén en forma milagrosa (2 R. 19:35-37, 2 Cr. 32:21, 22; Is. 37:21-38).  Si Acaz hubiera confiado en Jehová, Judá hubiera evitado esta terrible experiencia, como lo implica el nombre de este niño-señal: "Dios (está) con nosotros".  Pero el persistente rechazo de Acaz de poner su esperanza en Dios en lugar de confiar en la alianza con Asiria, resultó en gran sufrimiento para Judá (8:7, 8, 21, 22).  Con ironía, el profeta habla de Judá como la tierra de Emanuel -"Dios (está) con nosotros"- comparando lo que realmente ocurrió con lo que podría haber sido (vs. 8, 10).
Mateo cita Is. 7:14 y lo aplica a Cristo (Mt. 1:23).  El nombre Emanuel se originó en una situación histórica real como una promesa de que Dios estaría con su pueblo para librarlo de sus enemigos inmediatos.  Pero Isaías también miraba por inspiración al tiempo cuando Dios enviaría a su propio Hijo, el verdadero Emanuel, con ese mismo propósito.  Por inspiración, Mateo tomó la profecía de Isaías y la aplicó a la persona de Jesucristo, que nació de una virgen, y quien, en un sentido supremo, es "Dios con nosotros".







Miguel

(heb. Mîkâ'êl, "¿quién es como [semejante a] Dios?"; gr.  Mijael).
El nombre aparece por 1ª vez en los textos cuneiformes de Ebla del período prepatriarcal, más tarde en un trozo de tiesto con inscripciones hallado en Nimrûd, y en los Rollos del Mar Muerto.
El arcángel Miguel, como un ser celestial, aparece sólo en los pasajes apocalípticos (Dn.10:13, 21; 12:1; Jud. 9; Ap. 12:7).  En Dn. 10:13 se lo describe como "uno de los principales príncipes" que había venido para ayudar al ángel en su lucha con "el príncipe del reino de Persia".  En el v 21 se lo describe como "vuestro príncipe", y en 12:1 como "el gran príncipe" que protege y libera al pueblo de Daniel.  En Ap. 12:7 se lo menciona después de haber librado una batalla con el dragón, es decir, Satanás (v 9), y con los ángeles del dragrón, que terminó con la victoria de Miguel y la expulsión de Satanás del cielo; Jud. 9 habla de una contienda entre Miguel y el diablo por el cuerpo de Moisés.  Los judíos del tiempo de Cristo pudieron haber tenido alguna información, ya que se dice que dicha disputa se describe en el libro seudoepigráfico judío La asunción de Moisés, aunque no aparece en las porciones que nos han llegado del libro.  El Tárgum de Jonatán sobre Dt. 34:6 atribuye a Miguel y sus ángeles la sepultura de Moisés.  La literatura judía describe a Miguel como el más elevado de los ángeles, el verdadero representante de Dios, y lo identifica con el "ángel de Yahweh", al cual se menciona con frecuencia en el AT como un ser divino.  También se afirma que Miguel era el ángel que vindicó a Israel contra las acusaciones de Satanás en el tribunal celestial.  Véase Talmud de Babilonia, Yoma 37a; Midrash Rabbah sobre Gn. 18:3, Ex. 3:2 y 12:29.  Muchos eruditos bíblicos identifican a Miguel con Cristo (véase CBA 4: 886).

LA PELÍCULA "LA PASIÓN DE CRISTO" Y EL DTG

Las siguientes son escenas que aparecen en la película La Pasión de Cristo de Mell Gibson y la página del Deseado de Todas las Gentes donde  Elena White hace la misma descripción.  
1.     Jesús orando bajo la Luna llena de Pascua (DTG 636)
2.     Los discípulos vieron a Jesús agonizando. El cuerpo de Jesús temblaba y tambaleaba (DTG 363)
3.     Los discípulos estaban a corta distancia de Jesús, o sea que pudieron ver y escuchar todo después de despertar (DTG 637)
4.     Satanás tentó a Jesús en el Getsemaní mientras oraba. Lo tentó para que se retirara de lo que iba a hacer (DTG 638)
5.     Jesús se aferró al suelo mientras Satanás le exponía sus tentaciones (DTG 638)
6.     Llevaron a Jesús del oro lado del arroyo de Cedrón, o sea, que tuvieron que cruzar un puente (DTG 647)
7.     Aún siendo Jesús recién arrestado, se movía penosamente (DTG 647)
8.     Nicodemo y José de Arimatea no fueron dejados en la reunión por defender a Jesús (DTG 648)
9.     Jesús fue golpeado varias veces antes de ser condenado (DTG 648)
10.  La habitación fue iluminada cuando Jesús le declaró a Caifás que era el Hijo de Dios, y que le verían sentado a la diestra de Dios (DTG 654)
11.  Pedro y Juan estaban presentes en ese concilio, viendo desde cierta distancia (DTG 657)
12.  Pedro Maldijo al negar a Jesús (DTG 659)
13.  Pedro recordó el momento cuando le dijo a Jesús que moriría por el (DTG 659)
14.  Antes de admitir que había pecado, Judas le dijo a Caifás que liberara a Jesús (DTG 669)
15.  Judas arrojó las monedas a los pies de Caifás (DTG 669)
16.  Judas se ahorcó en un árbol seco (DTG 670)
17.  La esposa de Pilato le dijo al mismo Pilato que no tuviera nada que ver con el galileo (DTG 672, 680, 681)
18.  Pilato temía que liberar o matar a Jesús en ambos casos le traería problemas (DTG 676)
19.  Herodes no escuchó los cargos contra Jesús (DTG 677)
20.  Había demonios en forma humana en todo el proceso del juicio de Jesús (DTG 682)
21.  Jesús fue azotado a la vista de la muchedumbre (DTG 682)
22.  Jesús fue "cubierto de heridas" - desfigurado (DTG 682)
23.  A Jesús le arrebataban la caña y se la azotaba en la corona de espinas (DTG 682)
24.  Jesús no expresó palaras de sufrimiento en los azotes, sino que se mantuvo en silencio (DTG 683, 685)
25.  Jesús fue presentado por Pilato ante la muchedumbre desnudo hasta la cintura (DTG 684)
26.  Del cuerpo de Jesús la sangre fluía copiosamente (DTG 684)
27.  De Su rostro también salía sangre (DTG 684)
28.  Jesús fue azotado dos veces (DTG 687)
29.  A Jesús le pusieron a cargar TODA su cruz (DTG 690)
30.  Al Jesús ver quienes le injuriaban rumbo al calvario, recordó las escenas cuando fue proclamado Rey, mientras montaba el pollino (DTG 692)
31.  María siguió a Jesús todo el tiempo (DTG 693)
32.  María quiso sostener la cabeza de Jesús y bañar su frente (DTG 693)
33.  Jesús dijo "Padre, perdónalos..." mientras era clavado (DTG 693)
34.  Jesús no encajaba en la cruz porque le pertenecía a Barrabas (DTG 690)
35.  Jesús fue clavado EN las MANOS. "Las heridas hechas por los clavos se desgarraban bajo el peso de su cuerpo" (DTG 708)
36.  Cuando Jesús fue clavado en la cruz, fue plantado con violencia en el hoyo preparado para ella (DTG 694)
37.  A los Ladrones en los pies, fueron amarrados, no clavados (DTG 693)
38.  María estaba al mismo pie de la cruz (DTG 700)
39.  Dios el Padre, estaba escondido tras la oscuridad (DTG 702)
40.  Su carne estaba abierta por los azotes (DTG 703)
41.  Con el terremoto, hasta las rocas y montes se partieron en dos (DTG 704, 716)
42.  A los ladrones se les quebraron las piernas, pero a Jesús no (DTG 716)
43.  A la hora del terremoto los sacerdotes estaban en el templo (DTG 705)
      44.  Justo después de la muerte de Jesús, Satanás fue desenmascarado (DTG 706, 709)

viernes, 5 de febrero de 2010

Breve reseña del Pr. Gerardo Bautista


Pastor Gerardo Bautista, es Ministro Ordenado de la Iglesia Adventista en República Dominicana, y actualmente se desempeña como director de los Departamentos Mayordomía, Ministerio de Salud, y Relaciones Públicas y Comunicaciones de la Asociación Central Dominicana. Posee una Licenciatura en Teología, una maestría en Administración de Empresas de la Universidad de Montemorelos y actualmente se está doctorando en Administración y Liderazgo en Atlantic International University.  Felizmente casado con la Lic. Estela Urbano de Bautista, con quien ha procreado a Gerardo Bautista (Jr.) su preciado hijo.
El Pastor Bautista fue bautizado en la Iglesia Adventista del Séptimo Día a los 13 años de edad. Dos meses después de ser bautizado expuso su primera predicación en público, y desde entonces ha ejercitado su don de evangelista. Fue ordenado anciano de iglesia con sólo 16 años de edad.
Graduó en asuntos computacionales a los 17 años de edad, carrera que ejerció con éxitos por varios años. Sin embargo, por su destacada labor como anciano y laico evangelista, fue llamado por la Asociación Central Dominicana en 1994 para que se dedicara al ministerio pastoral, al mismo tiempo que completara sus créditos educativos en teología. Aceptó dicho llamado, dando un paso de fe, a pesar de tener que abandonar su carrera lucrativa y promisoria en computación.
Dios no le ha faltado, sino que le ha bendecido con la satisfacción de un ministerio próspero, como reseña su hoja de datos.
Las áreas de más fortaleza en su ministerio son: Administración Eclesiástica, Evangelismo y fomento de Mayordomía.
Se ha destacado como evangelista internacional, realizando conferencias en diferentes lugares de EEUU, Centroamérica y El Caribe.