FONDO HISTORICO DE LOS ESCRITOS DE
ELENA G. DE WHITE ACERCA DE LA SALUD.
La demanda continua que han tenido
los libros de Elena G. de White ha hecho necesaria su frecuente reimpresión y
ocasionalmente también ha requerido nuevas ediciones. El Ministerio Médico fue el primer libro de Elena G. de
White, compilado mayormente de fuentes no publicadas, que vería la luz después
de la muerte de la autora. Las instrucciones que la señora White dio a su junta
de fideicomisarios sirvieron de guía en la publicación de esta obra. En su
autorización a la junta, hizo provisión "para la impresión de
compilaciones de mis manuscritos." Ella reconoció que en las
comunicaciones que dirigió a individuos y a instituciones a través de los años
había consejos que serían de gran ayuda a la causa en general. El Ministerio
Médico ocupo su lugar junto a otros libros de la misma autora, después de
lo cual se han publicado nuevas obras sobre el tema de la salud. Ya que este es
sólo un eslabón de una cadena de libros dedicados a este importante asunto,
parece apropiado hacer un recuento (v) histórico de las varias producciones de
Elena G. de White, tanto en el pasado como en el presente, que se relacionan
con los principios de la salud y la obra médica. Esto ayudara al lector a
identificar las publicaciones en circulación y las que ya no se imprimen, en
este campo vital. En 1848 Elena G. de White recibió instrucción referente a la
naturaleza dañina del te y el café; y en 1854 se le impartió luz sobre la
importancia de la limpieza y el uso de alimentos no altamente refinados ni
demasiado grasosos. Sin embargo, no fue sino hasta 1863 que recibió la primera
visión general con relación a la reforma pro salud. Acerca de ella escribió:
"Fue en la casa del hermano A. Hilliard, en Otsego, Míchigan, el 6 de
junio de 1863, donde el gran tema de la reforma pro salud se abrió ante mi en
visión" (Review and Herald, 8 de octubre de 1867). En visiones
subsiguientes se le presentaron muchos detalles concernientes a este tema, y
estas visiones constituyeron la [viii] base para escritos más detallados en lo
relativo a la salud y a la conducción de la obra de la salud en la Iglesia.
LOS PRIMEROS ARTÍCULOS DE ELENA G.
DE WHITE SOBRE SALUD.
La primera presentación general escrita por la
señora de White sobre el tema de la salud apareció en un capítulo de treinta y
dos paginas titulado "La salud" Este se publico en Spiritual Gifts
(Dones espirituales), tomo 4, págs. 120-151, en el verano de 1864. En este
artículo expuso en forma condensada los grandes principios que se le dieron en
la visión de 1863. Este material esta disponible hoy en reimpresión en forma de
facsímil de los volúmenes de Spiritual Gifts.
Reconociendo
de alguna manera la magnitud de la obra de guiar a 3500 adventistas del séptimo
día hasta una comprensión plena del mensaje de la reforma pro salud, en (vi)
1865 Jaime y Elena White publicaron seis folletos titulados "La salud, o
como vivir." Cinco de ellos contenían sesenta y cuatro páginas, y uno,
ochenta páginas. En cada uno había un artículo de la pluma de Elena de White,
titulado, "La enfermedad y sus causas." Junto con los artículos de la
señora White había materiales afines tomados de los escritos de médicos y
ministros, y artículos especialmente preparados por Jaime White y otros, para
estos tratados. Cada uno estaba dedicado a un tema de salud fundamental: el
régimen alimentario, el matrimonio y la vida hogareña, el uso de las drogas, el
cuidado de los enfermos y la higiene, el cuidado de los niños y la vestimenta
apropiada para estos, como también la vestimenta saludable. En 1899 y en 1900, los
seis mensajes de Elena G. de White fueron publicados como artículos en la
Review and Herald. En 1958 fueron incluidos en un apéndice de sesenta y nueve
páginas en el tomo dos del libro Mensajes selectos. El artículo titulado
"Una apelación a las madres" fue al comienzo un tratado de salud
sobre un área más especializada, y se imprimió en 1864 en un folleto con ese
titulo. En 1870 Jaime White lo incluyo, como una contribución, en una obra de
270 páginas titulada Una Solemne Apelación referente al vicio solitario.
Amplias porciones de este artículo aparecen hoy en La Conducción del Niño en
la sección titulada "La preservación de la integridad moral." Los
mismos consejos básicos se encuentran en Testimonios para la iglesia, tomos 2 y
5.
LA
TEMPERANCIA CRISTIANA Y LA HIGIENE BÍBLICA, 1890
Una
obra titulada La Temperancia Cristiana y la Higiene Bíblica se publico
en 1890. La primera porción, La Temperancia [ix] Cristiana, fue
escrita por Elena de White y la segunda, acerca de la Higiene bíblica, fue
compilada de los escritos de Jaime White. En las primeras 162 páginas la señora
(vii) White presentaba principios básicos de salud en una forma más popular y
abarcante. Cincuenta años después este material forma la base para el libro El
Ministerio de Curación. Además 9 de los 18 capítulos escritos por la señora
de White en el libro de 1890 fueron reimpresos total o parcialmente en 1923, en
Consejos Sobre Salud y en Fundamentos de la Educación Cristiana.
Los otros capítulos fueron detalladamente utilizados en El Ministerio de
Curación.
LA
VIDA SALUDABLE, 1897
En
1897, mientras la señora White estaba en Australia, el doctor David Paulson,
entonces obrero del Sanatorio de Battle Creek, compi1ó un gran numero de
extractos y párrafos de los escritos de Elena White referentes a la salud, y
los arregló en orden temático. Esta colección, titulada La Vida Saludable,
apareció ocho años antes de la publicación de El Ministerio de Curación.
El libro, de 284 páginas, se convirtió en una ayuda valiosa para la enseñanza,
y se hicieron por lo menos tres impresiones de este trabajo. No obstante, con
la aparición de El Ministerio de Curación, en 1905, la compilación de
Paulson se dejó de publicar. La señora White apreció esta compilación, pero por
supuesto carecía de la continuidad que caracteriza sus libros.
EL
MINISTERIO DE CURACIÓN, 1905
La
señora White hizo una presentación completa del tema de la salud en El
Ministerio de Curación, un libro de 516 páginas que dirigió tanto a
lectores adventistas como a no adventistas, de Norteamérica y el extranjero. Al
preparar sus cuarenta y tres capítulos dependió ampliamente del material
publicado en La Temperancia Cristiana y en La Higiene Bíblica,
aunque amplió y escribió de nuevo el material. Al tiempo del fallecimiento de
la señora White en 1915, este era su único libro obtenible referente a la
salud.
CONSEJOS
SOBRE SALUD, 1923
Los
amplios principios de la vida saludable se habían presentado en El
Ministerio de Curación. Sin embargo, en los artículos de la señora White
que habían aparecido en los periódicos de la iglesia, en los Testimonios
para la iglesia; y [x] en ciertos libros que ya no se imprimían, había
muchos mensajes adicionales. Estos contenían instrucción necesaria relativa a
los principios de la salud, al manejo de las instituciones adventistas del
séptimo día y en cuanto a la promulgación del mensaje de la salud. Los
fideicomisarios del patrimonio White reunieron dichos materiales en el libro Consejos
Sobre Salud, publicado en 1923. Este tomo, de 634 páginas, reunía todo lo
que había aparecido impreso en una u otra forma, transformándose en una obra de
gran servicio para la Iglesia y especialmente para el personal médico.
EL
MINISTERIO MÉDICO, 1932
La
promulgación del mensaje de la salud fue por cincuenta años un tema de la más
alta preocupación para Elena G. de White. Ella escribió más sobre el campo de
la salud que sobre cualquier otro tema de aconsejamiento. Muchos de sus
documentos manuscritos, dirigidos a médicos, administradores institucionales,
enfermeras y personal de sanatorios contenían consejos de importancia vital.
Las copias de estos escritos se guardaran en archivos. Muchos de los consejos
dan dirección a la obra médica. Otros, escritos en tiempos cruciales durante el
desarrollo de los diversos aspectos de nuestra obra médica, son importantes
amonestaciones. Algunos fueron mensajes escritos para salvar a un obrero que
enfrentaba un peligro especial. La instrucción en sí misma es siempre actualizada.
Este libro, El ministerio médico, es en esencia una selección de estos
consejos dirigidos al personal médico y a otros (ix) vinculados con las
instituciones médicas adventistas del séptimo día. Los consejos se han
redactado y se han publicado para que otros puedan beneficiarse de ellos. El
prefacio fue escrito por A. G. Daniells, presidente por muchos años de la
Asociación General y uno de los fideicomisarios escogidos por la señora White
para cuidar de sus escritos. Cuando se publico el libro por primera vez, el
pastor Daniells era también presidente de la Junta del Colegio de Médicos
Evangelistas.
CONSEJOS
SOBRE EL RÉGIMEN ALIMENTICIO, 1938
Para
1926 el doctor H. M. Walton, entonces maestro en el campo de la nutrición en el
Colegio de Médicos Evangelistas, reunió los materiales de Elena G. de White, de
fuentes publicadas y no publicadas, que tenían relación con el tema del régimen
alimentario y de los alimentos en general. Este material, preparado en
colaboración con los fideicomisarios del Patrimonio White, fue impreso en Loma
Linda con fines didácticos, en una obra de 200 páginas, [xi] en rustica, a dos
columnas, titulada Estudios basados en los testimonios sobre el régimen
alimentario. Los materiales fueron ordenados por temas para una referencia
más fácil. Finalmente se discernió el valor de una circulación más amplia de
este material entre los adventistas del séptimo día. Los fideicomisarios del
Patrimonio White tomaron estos materiales, omitieron algunas repeticiones, y
los suplementaron con nuevos materiales de fuentes no publicadas; también
añadieron algunas secciones; así salió a la luz lo que ha resultado ser la obra
más popular, el libro de 600 páginas Consejos sobre el régimen alimenticio.
Sus consejos, ordenados en forma de temas y con un índice cuidadoso, hacen que
las declaraciones combinadas del Espíritu de Profecía sobre la dieta, sean
asequibles fácilmente para el estudio.
LA
TEMPERANCIA, 1949
El
libro de 300 páginas adecuadamente titulado La temperancia, coloca ante
la iglesia toda la gama de consejos de la pluma de Elena de White, tomados de
todas las fuentes, publicadas y no publicadas, que tienen relación con ese
tema. Aparecen allí como apéndice tres apelaciones que hace la autora acerca de
la temperancia. Este libro se ha convertido en un verdadero manual para los
obreros de la temperancia.
EL
MINISTERIO DE LA BONDAD, 1952
La
obra de bienestar social de la Iglesia Adventista del Séptimo Día combina la
obra de la salud con las acciones de servicio cristiano en el vecindario. En
sus 350 páginas, El ministerio de la bondad provee los consejos de Elena
G. de White acerca de estos importantes aspectos del ministerio. Las
experiencias de la señora White en el terreno del bienestar social culminan
esta obra. Este libro también es un manual en su campo. Estos cinco volúmenes
disponibles actualmente, junto con porciones del tomo dos de Mensajes
selectos, contienen toda la serie de consejos de Elena G. de White sobre el
tema de la salud y del manejo de nuestra obra de la salud.
CONSEJOS VITALES PARA HOY
Es interesante observar que ha
transcurrido un siglo desde que se llama la atención de los adventistas del
séptimo día al tema de la salud por medio de las visiones dadas a Elena G. de
White. Estos consejos han resistido el escrutinio más estricto de científicos
renombrados. Los hallazgos de investigadores serios añaden día a día evidencia
confirmatoria a la exactitud científica de los consejos de Elena de White.
Cuando la señora White, una lega en el campo de la (xi) ciencia médica, con una
educación muy limitada, empezó [xii] en la década de 1860 a exponer sus puntos
de vista sobre la salud, era natural que algunos buscaran asociar sus
exposiciones con los escritos de ciertos médicos contemporáneos. A la
sugerencia de parte de unos pocos de que las opiniones de los que la rodeaban
habrían sido la inspiración real de sus escritos en el campo de la salud, ella
respondió franca y simplemente, después de referirse a la visión del 6 de junio
de 1863: "Yo no leí ninguna obra sobre salud hasta después de escribir Spiritual
Gifts (Dones espirituales), tomos III y IV, Una apelación a las madres,
y hasta después de haber bosquejado la mayoría de mis seis artículos para los
seis números de Como vivir..... "Al presentar el tema de la salud a
amigos donde yo trabajaba en Míchigan, en New England y en el Estado de Nueva
York, y al hablar en contra de las drogas y la alimentación a base de carne, y
en favor del agua, el aire puro y una dieta apropiada, a menudo la respuesta
era: 'Usted habla muy parecido a las opiniones que se enseñan en Las leyes
de la vida y otras publicaciones de los doctores Trali, Jackson y otros.
¿Ha leído usted esa publicación y esas obras?' Mi respuesta fue que no lo había
hecho, ni las había leído hasta después de escribir completamente mis puntos de
vista, no fuera que se llegara a decir que había recibido mi luz sobre el tema
de la salud de parte de los médicos, y no del Señor" (Review and Herald,
8 de octubre de 1867). De nuevo ese año al referirse a sus escritos sobre el
tema de la salud, ella declaro: "Mis puntos de vista fueron escritos
independientemente de los libros o de las opiniones de otros" (Manuscrito
7, 1867). Ciertos hombres líderes en nuestras filas en 1864 (xii)
comentaron acerca de este punto en conexión con la publicación del artículo de
Elena G. de White en Una apelación a las madres. Después de la
presentación de 29 páginas que ella hace, se introdujo cierto testimonio médico
allí. Entre el artículo de Elena G. de White y estas declaraciones de otros
escritores, los fideicomisarios de la Asociación Publicadora de los Adventistas
del Séptimo Día insertaron la siguiente nota significativa: "Hemos creído
pertinente añadir a lo anterior los siguientes testimonios de hombres de alta
posición y autoridad en e1 mundo médico, que corroboran los puntos de vista
presentados en las páginas precedentes. Y en justicia a la escritora de
aquellas páginas, diríamos que no había leído nada de los autores aquí citados,
ni había leído otros trabajos sobre este tema, en forma previa a colocar en
nuestras manos lo que ella ha escrito. Ella no es, por lo tanto, una plagiaria,
a pesar de haber declarado verdades importantes [xiii] a favor de las cuales
han dado testimonio hombres que merecen nuestra más alta confianza. Los
Fideicomisarios." Para aquellos que sugerían que los escritos de la señora
White reflejaban las conclusiones de los innovadores médicos contemporáneos,
uno solo necesita observar los pronunciamientos conflictivos de aquellos
tiempos y preguntar: "¿Como podía una lega sin información de aquel día
conocer que seleccionar y que rechazar?" Pocos de los conceptos populares
de aquel día sobreviven, sin embargo los consejos de la señora White no
solamente permanecen hoy sino que son reforzados por los últimos
descubrimientos en clínica y laboratorio.
OBJETIVOS Y CONDICIONES DE
PROSPERIDAD CONSTANTES
Se han hecho grandes avances en el
mundo médico (xiii) desde la muerte de Elena de White en 1915. Aunque estos
avances han traído ajustes en los detalles de la práctica de la medicina, no han
hecho pasar de moda el valor terapéutico del “aire puro, el ejercicio, la dieta
apropiada, el uso del agua," y "la confianza en el poder
divino," los cuales Elena G. de White enumeró como "los remedios
verdaderos". Mientras los métodos modernos de diagnostico rápido y de
tratamiento de las enfermedades han acortado el tiempo en que los pacientes
deben permanecer en una institución médica, y si bien es cierto que esto tiene
su consecuencia sobre la operación de las instituciones adventistas del séptimo
día, los principios básicos establecidos en los consejos de Elena de White
constituyen una guía segura y realizable hoy. Escribiendo reflexivamente, la
señora White declaro: Mientras nuestra obra se ha extendido y las instituciones
se han multiplicado, el propósito de Dios en el establecimiento de ellas
permanece igual. Las condiciones de prosperidad son las mismas" (Testimonios
para la iglesia, tomo 6, pag. 224). Se nos puede dar certeza una y otra vez
de la permanencia continua de estos consejos en las líneas médicas. Al estar de
pie frente al Congreso de la Asociación General en 1909, ella dijo: "Se me
ha mostrado que los principios que se nos dieron en los primeros días del
mensaje son muy importantes y deben ser consideradas, en realidad tan conscientemente
hoy, como se hizo entonces" (Testimonios para la iglesia, toma 9,
pag. 158). Los principios se mantienen, aunque las circunstancias cambiantes
pueden hacer necesarios ajustes en la aplicación de algunos de los principios.
En efecto, Elena G. de White escribió con relación a la obra de la recién
establecida facultad en Loma Linda: (xiv) "No podemos establecer una línea
precisa para que se siga incondicionalmente. Las circunstancias y las
emergencias [xiv] se presentarán y el Señor debe dar instrucción especial; pero
si empezamos a trabajar dependiendo completamente del Señor, velando, orando y
andando en armonía con la luz que el nos envía, no seremos dejados para avanzar
en tinieblas" (Carta 192, 1906).
LOS TESTIMONIOS Y EL SIGNIFICADO DE
LAS PALABRAS
El significado de ciertos términos
también puede cambiar notablemente en un período de años. Sin embargo, un
estudio cuidadoso de los principios básicos que se revelan mediante una
acumulación de consejos, aclara la intención de la autora y con ello el debido
curso de acción.
El estudiante de los consejos sobre
salud de Elena G. de White es consciente de la condenación frecuente del uso de
drogas y la apelación para el empleo de remedios sencillos. Hace cien años, y
por muchos años subsiguientes, los remedios que emplearon los médicos fueron
normalmente los que hoy reconocemos como venenos potentes. La causa de la
enfermedad era desconocida a menudo. La teoría del germen todavía no estaba
bien establecida y los tratamientos usualmente atacaban los síntomas.
Cualquiera que este familiarizado con la literatura médica de aquel tiempo
reconoce la alta tasa de mortalidad y la corta expectativa de vida; es
consciente de la naturaleza de muchos de los medicamentos que utilizaban los
médicos. Muchos murieron como resultado del uso de las drogas prescritas. La voz de Elena G. de White clamando contra
este menosprecio de la vida no era una voz aislada, ella hablaba con un corazón
que podía sentir y una mente iluminada e inspirada. El estudiante cuidadoso
evitara aplicar mal las referencias a las drogas. No aplicará en forma general
la condenación de las drogas a los remedios probados, obtenidos por (xv) medio
de la investigación científica. Hallará al revisar las declaraciones de Elena
G. de White, colocando línea sobre línea y precepto tras precepto, que sus
referencias a "las drogas fuertes," a "las drogas
venenosas" y al uso de "medicinas que dejan tras sí efectos dañinos
en el sistema," son factores calificativos que deben tomarse en cuenta.
Ver las declaraciones compiladas sobre el uso de drogas en Mensajes selectos,
tomo dos, págs. 319-327.
Descubrirá que la señora White
empleo los medios curativos y aprovecho las ventajas de los verdaderos avances
[xv] de la ciencia médica durante los últimos años de su vida. Observará que su
posición no fue ni extrema ni fanática, sino racional y al día con los verdaderos
avances científicos, con una estimación conservadora de aquellos hallazgos.
Observará que en los consejos del Espíritu de Profecía en cuanto a la salud, el
énfasis esta sobre la medicina preventiva. Hay un llamamiento a cuidar el
cuerpo, a cultivar hábitos sencillos de vida y a aprovechar los agentes
restauradores disponibles para todos. El personal médico, al buscar entender la
prevención, la causa y el tratamiento de la enfermedad, y al tratar de emplear
la obra médica como el "brazo derecho" del mensaje del tercer ángel,
hallará que estos consejos, advertencias y palabras de aliento, son de origen
divino, y constituyen una ayuda adecuada.
La Junta de Fideicomisarios de
los Escritos de Elena G. de White, Washington, D. C.
10 de noviembre de 1962