“Conságrate a Dios todas las mañanas;
haz de esto tu primer trabajo. Sea tu oración: "Tómame ¡oh Señor! como
enteramente tuyo. Pongo todos mis planes a tus pies. Úsame hoy en tu servicio.
Mora conmigo y sea toda mi obra hecha en
ti". Este es un asunto diario. Cada mañana conságrate a Dios por ese día.
Somete todos tus planes a él, para ponerlos en práctica o abandonarlos según te
lo indicare su providencia. Sea puesta así tu vida en las manos de Dios y será
cada vez más semejante a la de Cristo”. (CC.
70)
miércoles, 22 de agosto de 2012
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